Volvió a pasar, el mejor futbolista colombiano de la actualidad la rompió. En su debut con el Liverpool le bastaron 32 minutos para mostrar su calidad y las ganas que tiene de comerse el mundo. Es un jugador que tiene sed de triunfo y muchas ganas de llegar a o más alto de la élite mundial.
La pregunta vuelve a ser la misma: ¿cuál es la razón para que nuestros jugadores brillen en sus equipos y no tengan esa misma capacidad cuando están con nuestra selección a las ordenes de Reinaldo Rueda? La respuesta está en la forma de ver y vivir el fútbol que tiene este entrenador, frente a lo que viven nuestros jugadores con sus técnicos en Europa.
Rueda siempre ha sido un técnico muy serio y, yo diría, muy hermético. Creo que en los últimos años ha ido perdiendo esa capacidad de transmitir, de motivar y de lograr que las cosas pasen. Para un jugador colombiano representar a su Selección es algo que lo ilusiona y apasiona, pero debe ser muy frustrante llegar y encontrarse con un entrenador que se fue apagando y perdió la combatividad, que se volvió conformista y perdió ambición a pesar de los retos que tenía por delante.
El mejor ejemplo de esta situación es lo que vivió Luis Díaz con su llegada a Liverpool. Jürgen Klopp lo estaba esperando para darle un gran abrazo, hacerlo sentir parte de la familia y transmitirle confianza. Cuando ‘Lucho’ le dijo “Cero inglés”, la respuesta inmediata fue “no problem”. La ratificación de esa confianza fue darle la oportunidad de debutar en la FA CUP, y el colombiano respondió con creces. Entró enchufado, muy atento, y en una jugada de presión alta recuperó un balón e hizo un pase de la muerte que terminó en gol de Takumi Minamino. Es una conexión que seguro va a dar mucho de que hablar.
¿Entonces por qué ‘Lucho’ no hace lo mismo con la Selección? La respuesta es otra pregunta muy sencilla. ¿Qué puede esperar un jugador de esas características cuando su técnico le dice que contra Argentina deben salir a esperar, que dejen jugar al rival y que a través del control defensivo poco a poco van a ir llegando las opciones para ir saliendo de esa presión? El resultado ya todos lo conocemos y no amerita ningún tipo de análisis.
No creo que Díaz se guarde nada con la Selección, como lo leí de forma irónica en un comentario el fin de semana. Un jugador de esa calidad, que acababa de ser comprado por el Liverpool, solo quería brillar frente a Argentina. De hecho, en un par de chispazos mostró su calidad, pero la gran mayoría del tiempo se vio perdido porque no se siente cómodo con un planteamiento como el que realizó el técnico Rueda.
Luis Díaz es un ganador y así lo demostró el fin de semana. No sintió temor de estar frente a un público que alienta todo el partido y que anima a sus jugadores cantando “You´ll never walk alone”. Es algo muy diferente a lo que viene pasando con la Selección en Barranquilla, donde juega como local y el público no se lo hace sentir. Hace mucho tiempo que en ese estadio se perdió la alegría por nuestra ‘Tricolor’ y las personas asisten al Metropolitano a sufrir y esperar un milagro futbolístico.
Los jugadores transmiten en el campo la forma en que sus técnicos viven el fútbol; esa es una realidad que no se puede ocultar. Veamos el caso del Barcelona, que hasta hace diez jornadas se arrastraba por la cancha, con jugadores que sufrían y a quienes se les veía en sus caras la impotencia con la que salían a jugar los partidos luego que su técnico decía en las ruedas de prensa que no tenían equipo para ganar títulos y que con lo que tenían trataban de competir.
Pues este fin de semana Xavi Hernández le dio una lección de fútbol nada más y ni nada menos que al ‘Cholo’ Simeone. Goleó a uno de los equipos que menos goles recibe en Europa. Con una plantilla llena de canteranos, el ‘motor’ le ha cambiado la mentalidad a sus jugadores, tanto que ha motivado a figuras españolas a regresar a jugar en su equipo. Son futbolistas que habían dejado la masía buscando oportunidades de crecimiento, y no solo quisieron volver sino que accedieron a bajarse el sueldo para estar en el Barcelona. Este es un claro ejemplo de lo que hace un buen entrenador por su equipo. Jugadores que hasta hace poco eran señalados, hoy transmiten una imagen diferente dentro y fuera del terreno de juego.
Entonces no me digan que casos como el de Díaz con Klopp y de Adama con Xavi no son el reflejo de lo que un buen técnico puede hacer por un jugador y por su equipo, porque un director técnico es la luz que ilumina y guía a un equipo.
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