Pasada la primera semana y con el asomo de las primeras etapas de montaña ya se va aclarando el futuro del Tour de France. Primoz Roglic ha sido damnificado por una caída que lo alejó de la clasificación general y lo tiene compitiendo con muchas molestias que solo un grande como él puede soportar, pero que lo saca de la lucha por el título. Daniel Martínez perdió mucho tiempo como consecuencia de una afección pulmonar que acabó con los sueños de podio y que lo obliga a recuperarse para ser el gregario de oro que tuvo Egan Bernal en el Giro de Italia del año pasado, pero ahora al servicio de Geraint Thomas y Adam Yates.
Por ahora el único que se ve capaz de disputarle el triunfo definitivo a Tadej Pogacar es Jonas Vingegaard, quien asumió las banderas dejadas por su jefe y tomó el liderazgo del Jumbo-Visma. Se ve muy fuerte y con capacidad para soportar los ataques de ‘Pogi’. La incógnita es si podrá poner en apuros al joven esloveno y descontarle tiempo en las dos etapas de montaña venideras.
Se disputará una parte muy importante de la carrera y los diferencias que se puedan dar serán fundamentales para la lucha final por el título. El miércoles y el jueves se viene la gran montaña con dos etapas con final en puertos de fuera de categoría (Chevalier y Alpe de Huez), que pondrán en su lugar a cada uno de los aspirantes al título.
El Ineos Grenadiers sigue teniendo dos grandes aspirantes al podio y, por qué no, al título. Thomas y Yates están atentos a lo que pueda pasar y a las opciones que les den Pogacar y Vingegaard. Por ahora se ve que pueden luchar por el tercer puesto. Todo dependerá de lo que depare la carrera y cómo se puedan defender de los ataques que lanzará ‘Pogi’ para ir definiendo a su favor la carrera.
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Por el lado de los nuestros, solo Nairo Quintana mantiene vivas las opciones de luchar por un top 5, acaso un podio. Se le ha visto muy fuerte y, si la salud se lo permite, tendrá una gran opción de meterse en la pelea por esos puestos si tiene la respuesta para la batalla que se va a presentar el miércoles y el jueves. Ojalá lo pueda lograr; lo cierto es que se le ve tranquilo y sin tanta presión como cuando corría con el Movistar Team y todas las miradas estaban sobre él.
Rigoberto Urán, con problemas físicos por las caídas, no ha tenido suerte y seguramente tratará de meterse en fugas para intentar mejorar su ubicación en la general y tener opciones de una mayor figuración en las semanas que vienen buscando victorias de etapa.
No ha cambiado mucho el panorama frente a lo que se veía antes del inicio de la carrera. La lucha seguirá siendo entre el capo del UAE Team Emirates, Tadej Pogacar, y el líder del Jumbo-Visma, que ya no es Roglic sino Vingegaard.
El actual bicampeón está muy fuerte y, como se esperaba, ya domina la carrera. Cuando ha querido probar a sus rivales, lo ha hecho sin encontrar mucha respuesta, por lo que se debe sentir muy bien con su estado de forma y con las opciones que tiene para revalidar su título. Por ahora su gran enemigo es el COVID-19, que ronda a su equipo. Ya se han tenido que retirar dos de sus gregarios y ahora tiene en duda a Rafal Majka, su mejor aliado en la montaña, quien está asintomático y sigue compitiendo por la poca carga viral que tiene en su organismo. El esloveno ya dijo que si se contagia tendrá que retirarse, priorizando su salud y la de sus compañeros. Por el bien del espectáculo, esperemos que no se deba ir por un tema de salud para que tenga la oportunidad de seguir demostrando por qué es el mejor ciclista de la actualidad.
El Tour sigue siendo un gran espectáculo, y cada día los pedalistas nos regalan un gran show. Tengo la esperanza que en la montaña se pueda dar una gran batalla para que sea la carretera la que ponga a cada ciclista en su lugar, y ojalá dentro de ese espectáculo alguno de los nuestros pueda regalarnos una etapa.