Al término de la doble jornada de las Eliminatorias al Mundial y los partidos de ligas el fin de semana solo queda por hacer una reflexión: la Selección Colombia sigue recuperando jugadores y talento de cara a la próxima fecha Fifa, en noviembre, cuando enfrentaremos a Brasil en Barranquilla y a Paraguay en Asunción.
En cuanto a los lesionados ya reapareció con Crystal Palace el mediocampista Jefferson Lerma, aunque su equipo sigue sin levantar cabeza y nuevamente fue goleado. Además, el defensor Daniel Muñoz estuvo en el banco de suplentes el fin de semana y podría regresar a la convocatoria ‘Tricolor’.
La mejor noticia que pudo recibir la Selección es la confirmación del buen estado de forma de James Rodríguez. El jugador cucuteño tuvo un excelente partido con el São Paulo y se reportó con dos asistencias, mostrando el guante que tiene en su pierna izquierda y manejando las transiciones de defensa a ataque. Está comprometido con su equipo y cada día se le ve mejor, algo que necesita urgentemente Colombia y que ya vimos en los dos últimos partidos contra Uruguay y Ecuador. Aunque todavía no esta al cien por ciento, sí se encuentra muy cerca de su plenitud física y futbolística.
Me incluyo entre los que pensaban que James ya estaba más fuera que dentro del fútbol de élite, pero tengo que reconocer que, con lo visto en los últimos partidos, ha demostrado que todavía tiene mucho fútbol para dar y que puede ser el eje del São Paulo y de nuestra Selección. Muchos equipos quisieran contar con esa pierna izquierda y con su capacidad para dejar a sus compañeros en posición de gol. Si bien ya no tiene la velocidad y el sacrificio con el que jugó su primera temporada en el Real Madrid, todavía puede dirigir a un equipo que carece de un gran líder.
A muchos se nos olvida que fue goleador de un Mundial, que fue figura del equipo ‘merengue’ y que aportó en el renacer del Everton de la mano de Carlo Ancelotti. Si bien las lesiones y sus malas decisiones lo alejaron de la élite europea, ha dado un paso al frente para decir presente en un club grande de la mejor liga de América. Eso debería ser suficiente para que se le valore nuevamente como el líder y conductor de la Selección Colombia.
Mucho se habla hoy de que los equipos no necesitan un conductor, que ya el diez es un jugador en vía de extinción, que se necesitan mediocampistas de ida y vuelta con dinámica y sacrificio defensivo. Pero cómo decir no a un jugador con ese talento cuando está en su nivel físico y futbolístico. ¿No sería mejor rodearlo y encontrar una fórmula de juego en la que se cubran las falencias tácticas que puede generar el uso de un volante neto de creación?
Tal vez el mejor sistema sea un 4–3–1–2. De esta forma se le quita la responsabilidad en marca que tiene cuando es ubicado como extremo o interior. Creo que Néstor Lorenzo ha acertado en el uso de James. Ahora con ese nivel debe encontrar la mejor posición para sacarle un mayor provecho y no desgastarlo tanto con recorridos largos.
Con este nivel, los que hasta ahora han sido detractores de Rodríguez deben reconocer que se necesita un jugador diferente en la Selección para potenciar las capacidades de Luis Díaz y Jhon Arias. Se precisa de alguien que los haga jugar en velociudad, de tal forma que ellos se quiten esa responsabilidad de crear juego y puedan estar unos metros más adelante y por los extremos, donde son desequilibrantes.
Lucho volvió a demostrar este fin de semana con el Liverpool en el derbi de Merseyside que tirado a la banda es un verdadero peligro y que genera mucho fútbol arrancando desde el costado; pero necesita que lo surtan de balones con ventaja para aprovechar su velocidad y desequilibrio. Lo mismo sucede con Jhon Arias en Fluminense, donde juega por la banda y es determinante con balones en profundidad, como lo hizo en el partido contra Corinthians por la fecha 27 del Brasileirão.
Qué mejor que tener a James en ese nivel y aprovechar su capacidad para generar juego para Lucho y Arias en favor de la Selección. Deberíamos dejar de pedirle a Díaz que sea el conductor del equipo cuando ya tenemos al líder natural para hacerlo.