La ilusión del Barcelona de brillar en Europa pende de un hilo. El equipo catalán sigue sin poder alejar sus temores y no logra tener buenas presentaciones en la Champions League. La semana pasada perdió frente al Inter de Milán en Italia y esta semana enfrentará como local al mismo rival. Solo le sirve ganar; de lo contrario se despedirá prematuramente de un torneo en el que están centradas todas las esperanzas y en el que se soportan los ingresos esperados para mantener la nómina ambiciosa que configuró el club para esta temporada.
El Barcelona es tercero de su grupo con tan solo tres puntos en la misma cantidad de partidos luego de caer frente al Bayern Múnich y el Inter; tan solo le ha ganado al rival mas débil de grupo, el Viktoria Plzen. Tendrá que ganar el duelo contra los italianos y luego vencer o sacar un empate frente a los alemanes, que son los rivales más fuerte del grupo, para así enderezar una clasificación que hoy se ve muy complicada. En caso de no lograrlo se quedará en fase de grupos por segundo año consecutivo.
Los catalanes no logran espantar sus fantasmas, y al parecer no tienen equipo suficiente para competir en Europa. Su rendimiento solo le da para pelear la liga española, un torneo que sigue cayendo cada día y en donde, a pesar de estar liderando la tabla de posiciones, no lo viene haciendo con mucha suficiencia. A los ‘culés’ no les cayó bien la fecha FIFA porque perdieron varios jugadores que venían siendo muy importantes para el equipo, especialmente en la zona defensiva, donde ahora tienen una colcha de retazos.
El equipo vive un bajón que llega en el peor momento. Define su supervivencia en la Champions frente al Inter y luego tendrá que disputar el clásico frente al Real Madrid para definir el liderato de La Liga. Enfrenta duelos decisivos con muchas bajas y con la pérdida de protagonismo de varios jugadores; no será fácil para el técnico Xavi Hernández levantar al equipo.
La solidez defensiva del Barcelona en la competencia liguera, donde solo ha recibido un gol, contrasta con lo que sucede en la Champions, donde ha encajado cuatro anotaciones en tres partidos disputados, lo que da una media de 1,33 goles en contra por juego. Por eso será vital que la seguridad que ha tenido Marc Ter Stegen en la competencia nacional aparezca en el ámbito internacional, que él siga siendo determinante en este momento en que su equipo lo necesita como nunca.
Para brillar en Europa se necesita jerarquía y eso es algo que al parecer todavía no demuestra el club en toda su dimensión. Es cierto que el arbitraje frente al Inter en Italia fue terrible y que el Barcelona pudo empatar el partido si el juez central y el VAR no hubieran cometido tantos errores, pero los partidos no se merecen, se ganan. El equipo catalán perdió y lo hizo porque no tuvo respuestas frente a un planteamiento típico italiano: cerrarse atrás y aprovechar las oportunidades en ataque. Cuando los dirigidos por Xavi se lanzaron al frente hicieron poco daño y fueron muy previsibles, por lo que el carácter que necesitaban para darle vuelta al marcador se fue diluyendo en opciones de gol muy escasas.
Esa jerarquía que le está faltando al Barcelona es precisamente la que le sobra al Real Madrid cuando juega en Europa. Los jugadores ‘merengues’ salen con una actitud muy diferente a enfrentar estos partidos. Aunque cuentan con una nómina muy reducida, siguen demostrando que para enfrentar estos torneos no solo se necesita calidad y buen juego; es fundamental el carácter del equipo y eso sí que le sobra al conjunto blanco. Tanto el Real como el Barcelona tienen juego para dominar La Liga, aunque no les sobra mucho y están ganando sin tanta brillantez. Pero el panorama en Europa es muy diferente; el Madrid, con 9 puntos, ya está prácticamente clasificado a octavos de final y seguramente asegurará su tiquete cuando enfrente al Shakhtar Donetsk en condición de visitante.
Xavi tendrá que trabajar mucho en la mentalidad del equipo y esperar que aparezcan el poder goleador de Robert Lewandowski, las gambetas y el desborde de Ousmane Dembélé, el regate de Raphinha y la sorpresa de Ansu Fati. Sin atributos como estos el Barcelona no podrá ganar para ponerse nuevamente en carrera en busca de la clasificación a segunda ronda. El club invirtió mucho dinero y espera recoger los frutos llegando hasta las instancias finales.