Se jugaron los partidos definitivos de la fase grupos de la Uefa Champions League, y tuvimos la oportunidad de ver grandes encuentros en los que varios equipos se jugaban su paso a los octavos de final. Avanzar a la siguiente ronda determina el futuro económico de clubes tradicionales, los cuales tienen dentro de sus presupuestos ingresos por superar la fase de grupos. Una eliminación temprana significa la pérdida de varios millones de euros, los cuales provienen de taquillas, premios que entrega la organización por avanzar de ronda e, indirectamente, valorización de sus jugadores.
El Atlético de Madrid, que venía con problemas, selló su clasificación ante un Porto que tuvo todo para ganar el partido; la ingenuidad de sus jugadores no le permitió concretarlo y terminó siendo goleado. En este mismo grupo, el Milan quedó eliminado de todas las competiciones europeas al caer ante Liverpool, equipo que, a pesar de jugar con suplentes, siguió teniendo la misma jerarquía y alcanzó el récord de ser el primer club inglés que consigue los 18 puntos en juego en la fase de grupos.
El Barcelona viajó a Múnich en busca de una proeza histórica que le permitiera pasar a la siguiente ronda, algo que se veía casi imposible por la actualidad del equipo catalán. El Bayern, ya clasificado luego de dominar el grupo a su antojo, tenía la responsabilidad de actuar como juez de los ‘culés’, por lo que no quiso regalar nada y jugó con su once de gala para darle una nueva lección de fútbol al Barcelona. Sin despeinarse, el equipo alemán metió tres goles y dejó a su rival por fuera de octavos de final, algo que no sucedía desde hace 21 años. Quedó claro que Xavi que tendrá que trabajar mucho para devolver al Barcelona a la élite del fútbol mundial; por ahora tendrá que buscar suerte en la Europa League, torneo que cuenta con grandes equipos y en donde no tendrá muchas oportunidades si mantiene el nivel actual.
Ante este panorama sería muy relevante hacer un paralelo con lo que vivimos este fin de semana en el fútbol colombiano, donde se jugaba la última fecha de los cuadrangulares del ascenso. Fortaleza, que enfrentaba a Bogotá, tenía la posibilidad de subir a la primera división si ganaba o empataba su partido, inclusive si perdía, siempre y cuando el Unión Magdalena no ganara o Llaneros no goleara. Todos ya conocemos la vergüenza que se vivió por una jugada muy sospechosa en la cual los jugadores del equipo de Villavicencio, sabiendo que no les iba a alcanzar para clasificar, se quedaron congelados para permitirle a sus colegas del Unión convertir el gol que les dio el tiquete a la máxima categoría.
Fue la corrupción en su máxima expresión en un país en el que ya nada sorprende, y donde las injusticias se olvidan fácilmente y se archivan sin que salga a la luz la realidad de lo sucedido. Seguramente el caso se quedará así y el Unión jugará la próxima temporada en la A, quitándole la oportunidad a Fortaleza de volver a la primera división del fútbol colombiano, ¡qué vergüenza!
Tanto el Liverpool como el Bayern München fueron jueces de sus rivales y cumplieron con lo que se esperaba de ellos: no regalaron nada y salieron a disputar sus partidos a pesar de no tener ninguna necesidad de hacer más puntos. El Liverpool decidió jugar con suplentes, algo que pudo ser una ventaja para el Milan, pero los ingleses tuvieron un equipo de jóvenes con muchas ganas de mostrarle a Jurgen Klopp que puede contar con ellos. Lo del Bayern es de otro planeta; sigue siendo el mejor club de Europa. No tuvo piedad del Barcelona y lo volvió a humillar, goleándolo 3 a 0 sin hacer mucho esfuerzo.
En esta jornada no solo estuvo en juego el prestigio futbolístico; se jugaron millones de euros, por lo que ningún equipo quiso regalar nada, algo que al parecer no importa en Colombia con los equipos de la B. Tal vez les gusta mucho estar en esa categoría y no les importa ser desleales y dejar su nombre en entredicho.