El Atalanta practica un fútbol moderno, dinámico, ofensivo. Su jugador creativo, su ‘playmaker’ es el argentino Alejandro ‘Papu’ Gómez, un mediapunta a quien Gasperson le otorgó la insignia de general en jefe para que le maneje la ofensiva, para que apoye a ese tanque imparable que es el colombiano Duvan Zapata, el ‘killer’ del equipo. La estructura donde se asienta el andamiaje del equipo la conforman el portero Pierluigi Gollini (está en dudas su participación contra PSG por una lesión, aunque se espera que sea de la partida), el suizo Remo Freuler en el mediocampo y el alemán Timothy Castagne, un picante extremo derecho. Pero la debilidad de Gasperson es el esloveno Ruslan Malinovski, a quien casi siempre reserva para rematar la faena.
El Paris Saint-Germain Football Club (PSG) fue fundado el 12 de agosto de 1970, así que el próximo miércoles, día del partido, cumplirá 50 años de vida. El emir de Catar, Tamim bin Hamad Al-Thani, de quien se murmura que posee la séptima fortuna más grande del mundo, lo compró en el 2011, a través del Qatar Investment Authority (QIA). Un ex tenista profesional de 46 años, Nasser Al-Khelaifi, un tipo que sonríe hasta cuando su equipo pierde, es su director general.
En el 2020 el PSG ganó todo lo que disputó. Su técnico, el alemán Thomas Tuchel, completó el trébol de títulos domésticos: Ligue 1, Copa de Francia y Copa de la Liga. Ciertamente ‘Les Parisiens’ ganan en su país cuando quieren… ¡Ganan hasta jugando mal! Tienen una de las mejores plantillas de toda Europa y poseen una salud económica excesiva. Neymar, Mbappé, Icardi, Verrati, Di María, Thiago Silva, Keylor Navas, son todos millonarios, todos grandes empresarios. Asesorados por los jeques árabes en el manejo del dinero son casi invencibles. Puede que Icardi dude y falle un gol cantado solo frente al portero, pero a la hora de definir un negocio, de discutir un contrato, es un lobo de Wall Street.
Me imagino a estos hombres, a estos millonarios, dentro de un campo de juego: «corré a ese vos, que ganas tres millones; no, no, corre vos que te embolsas 5», y así… No exagero. En la Champions del 2017, en el Camp Nou, el PSG solo necesitaba que sucediera algo inverosímil, extraordinario en el fútbol moderno: perder por cinco goles para quedar eliminado: cayó 6-1, y tres de esos goles los recibió en los últimos siete minutos.
El PSG es un equipo vertical; en el golpe por golpe es letal. Su temible delantera es rica en proteínas y obscenamente lujosa. Es un conjunto que ataca a gran velocidad por las puntas y define por el centro. En el mediocampo tiene al incombustible Marco Verrati, un italiano que labra la tierra para que Neymar, Mbappé, Icardi o Saravia cosechen sus frutos. En la defensa Thiago Silva y Marquinhos aportan marca, cruces milagrosos y comprobada experiencia, mientras que en el arco el tico Keylor Navas (uno de los mejores porteros del mundo) vuela de palo a palo. A golpe de talonario el PSG se ha preparado para conquistar Europa. Y si todo esto falla «siempre nos quedará París»…
Este miércoles en el Estadio Da Luz, de Lisboa, que estará vacío, Atalanta y PSG darán comienzo a los cuartos de final de esta inédita Champions League. Como diría el Ministro de Salud en estos tiempos de honda incertidumbre por la pandemia del coronavirus: «cualquier cosa puede pasar».