Se desvanece la ilusión de ir al Mundial y aunque matemáticamente todavía tenemos opciones de ir al repechaje, la realidad futbolística del equipo de Rueda nos dice que no tiene sentido clasificar con un equipo que no hace goles hace 646 minutos.
Volvimos a fallar en esta doble jornada en la que se necesitan al menos 3 puntos frente a un rival directo como Perú.
El ‘profe’ Rueda se sigue quedando sin discurso. Éramos cuartos por que Dios es muy grande y nos había dado una mano gigante con todos los marcadores que se dieron, mientras nuestro equipo era incapaz de ganar un partido, pero como no perdía le servía sumar de a uno.
En esta fecha nuestros rivales directos sumaron y nos dejaron en una difícil situación en la séptima casilla, pero con ayuda divina de Ecuador que nos está dejando vivos.
(¿Qué necesita Colombia para clasificar?)
La realidad es que el nivel de los equipos sudamericanos es tan irregular que en una fecha doble un equipo gana dos partidos o un partido y se mete en la pelea nuevamente.
Lo cierto es que hace rato que a nuestra selección se le perdió el fútbol y nuestro entrenador se fue nublando a tal punto que ya no sabe a qué juega.
Pone jugadores en posiciones en las que no actúan naturalmente y los condiciona a cumplir labores tácticas que no tienen en su ADN futbolístico.
Por ejemplo, pone a James como interior, pero en realidad lo tira a la banda y le pide coberturas en el lateral, cuando todos sabemos que esa es una tarea que no le puede dar y en la que pierde mucho protagonismo.
Con el nivel actual de James tiene más sentido que lo deje jugar libre generando peligro con pases filtrados o cambios de frente, algo de lo que mostro en el primer tiempo en Barranquilla.
Ante Argentina no lo pudo refrendar, a pesar que se necesitaba que estuviera lucido y con claridad, pero estaba más preocupado por retroceder y cubrirle la espalda a Mojica, algo que debía realizar Cuadrado.
Seguir hablando de las malas decisiones del ‘profe’ Rueda no tiene sentido porque ya está claro que se va a seguir equivocando en el planteamiento y en la selección de los jugadores.
Me gustaría más dedicarle un espacio a la falta de carácter de nuestros futbolistas.
No entiendo por qué estos mismos jugadores bajo las órdenes de sus técnicos en sus clubes tienen la capacidad de brillar y llegan a la selección y se caen futbolística y mentalmente.
Conte tuvo la capacidad de recuperar a Dávinson, un defensa al que ya le estaban mostrando la puerta de salida en su club, pero llegó a Colombia y se le olvidó todo.
Jugó dos partidos terribles, con una lentitud pasmosa, sin distancia y entregando muy mal el balón cuando se le pide que salga jugando.
Miguel Borja vuelve a quedar otra vez señalado, con errores terribles de fundamentación en la definición.
En un equipo que crea tan pocas opciones claras de gol, no puede ser que defina tan mal, especialmente un jugador que está en la selección por su capacidad goleadora, algo que en la no se ve por ningún lado.
Lo de Cuadrado tampoco sorprende. Es uno de los jugadores preferidos por Allegri, pero en la selección no tiene la capacidad para desbordar, no hace gambeta y cuando tiene el balón siempre toma malas decisiones. Un desastre total.
Puedo seguir dando otros ejemplos como Muriel y Zapata, que esta vez no vieron por lesión y por COVID, pero que cuando han estado tampoco aportaron lo que se espera de dos de los mejores delanteros de la liga italiana.
La realidad es que la culpa está repartida entre el técnico y los jugadores que no logran interpretar lo que su entrenador les transmite.
Tal vez Rueda está tan confundido que los lleva a jugar de esa manera, en un equipo en donde no existe un líder ni un jugador rebelde que pueda impulsar a sus compañeros a jugar de otra manera.
Se nos esta escapando la oportunidad de ir a mundial, en una eliminatoria muy irregular en donde teníamos todas las opciones de ir y las fuimos dilapidando hasta estar en esta situación tan incomoda y dependiendo de un milagro futbolístico que se ve muy complejo.
Quedan dos partidos y creo que valdría la pena arriesgarse a jugarlos sin el profesor Rueda, apostarle a un técnico ganador que cambie la mentalidad de los jugadores y los impulse a jugar como lo hacen en sus equipos, que les devuelva el honor y el amor por esa camiseta y quien mejor para eso que Rafael Dudamel.
Estoy seguro que el Cali le podría dar una licencia para esa última fecha, vale la pena intentarlo porque con Rueda nada va a cambiar.
Mauricio León López.