El oleaje ha superado las expectativas; esta playa es una verdadera bendición. Ahora entiendo por qué la describen como una de las mejores de las Américas, y la tenemos a dos pasos, atravesando la frontera.
Definitivamente hay que regresar, y tienes que venir conmigo. Personalmente te contaré mejor sobre la dinámica de la ola, pero te adelanto un poco. Hay que remar por doce minutos sin parar para llegar al line up (la rompiente); es el tiempo para llegar a la gloria.
La ola con dirección hacia la derecha rompe mejor, aunque salen algunas izquierdas decentes. Solo me corrí una izquierda en todo el paseo porque la derecha es como una autopista al cielo. La ola es generosa; te da el tiempo y la libertad para pensar cómo quieres dibujar tus líneas sobre el mar. Indiscutiblemente, es una de las mejores derechas que he corrido en mi vida, y sin ningún interés de correr izquierdas en este lugar.
En la punta (como se le conoce a el lugar más radical de la rompiente) la ola revienta hueca y rápida. Puedes recorrer el túnel; adentro revienta más suave. Ahí se ubican los surfistas con menos nivel y los amigos principiantes para derrochar con alegría un recorrido majestuoso.
¡Es un verdadero sueño del cual te enamorarás! Las instalaciones, la comida y los anfitriones del hotel Santa Catalina son impecables, siempre atentos y serviciales. Dan ganas de trabajar para regresar a Panamá por más.
Hay estupendos surfistas en el agua, de todas las edades, admirables, exponiendo lo mejor del surf. Tuve el gusto de conocer a dos personajes de los que aprendí mucho y con quienes compartí momentos memorables. Casey es un joven caballero de veintitantos años, local, carismático y supremamente amable, instructor de surf, excelente surfista y persona, con quien aparte de algunas olas asombrosas, intercambiamos conocimientos sobre la metodología de enseñar a surfear.
También conocí a Franklin, un señor de 68 años oriundo de California, que se ha recorrido más de medio mundo surfeando las mejores olas. M enseñó algo nuevo sobre el diseño de tablas de surf que utiliza y me sorprendió por su gran estado físico y su buen sentido del humor. Me inspiró al ponerme a pensar que me quedan unos cuantos buenos años más por surfear hasta llegar a su edad tratando de mantenerme en las mismas condiciones físicas que él. Gracias a ambos por su amistad y generosidad.
Las sesiones de surf son un verdadero placer. Te adjunto el registro fotográfico para que te vayas inspirando. Amigo, acá, sin duda, tenemos que volver. Después de correr esta ola, indiscutiblemente tu nivel mejorará. Dependiendo de tu ubicación en el line up, puedes escoger el tamaño de la pared de agua que te quieras surfear. Todas son fascinantes: sí, mi hermano, son el camino a la felicidad.
¡Cuánto me place compartir esta historia contigo, y practicar este deporte que nos inspira a viajar para descubrir nuevos oleajes, nuevos personajes y nuevas aventuras!
Espero pronto reunirme contigo en el agua, Mientras tanto, recibe la mejor energía del mar.
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