Análisis: el ataque del viento

«Le Tour est le Tour; le rest est littérature» es una famosa frase en torno a la importancia de la ronda gala, una rima en francés que, traída a colombianismos, se traduce como «el Tour es el Tour; lo demás es carreta». Lo que pasa es que hay «carretas» buenas que resultan entretenidas.

Las artes tienen expresiones de la más alta calidad conceptual, pero que no necesariamente son atractivas para las masas. Un melómano sabe que la música clásica es, desde el punto de vista del mérito artístico, superior al reguetón, pero hay más gente disfrutando las canciones de Maluma que deleitándose con las bellas demostraciones de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.

El ciclismo es todo un arte, el arte de saber gozar mientras se sufre sobre una bicicleta para ganarle a otros, y este arte tiene una obra maestra llamada Tour de Francia. Se sabe que es una composición con las letras más inspiradoras y acompasada por las mejores armonías, pero no resulta tan amena. También están el Giro o La Vuelta, piezas que son muy buenas, pero de menor valor. Aún así, cuando la música empieza a sonar, son canciones más disfrutadas que la carrera francesa.

Lo que más se disfruta en el ciclismo son los ataques, la pólvora que uno o varios ciclistas queman al acelerar para despegarse de sus pares y hacer diferencias en la carretera.

Pasa que en los últimos tiempos el Tour ha dejado de ser espectacular porque casi no hay ataques. Anteriormente el Team Sky (llamado actualmente Ineos) y ahora el Jumbo-Visma controlan la carrera imponiendo un ritmo tan fuerte que resulta difícil superarlo con un ataque. El que se atreva a acelerar seguramente será absorbido por el buen rodar de un tren demoledor de vatios infernales.

Por eso, la naturaleza le hizo este viernes un guiño a los aficionados al deporte de las bielas. Como ningún ciclista atacaba, el que atacó fue el viento, que sopló fuerte y sacudió la carrera. Los aires de Francia tuvieron corrientes que mandaron a volar a varios favoritos que no se afirmaron en la carretera.

La batalla gestada en los abanicos fue espectacular. Resta esperar que, en la medida que falten menos etapas por correr, haya menos energías por guardar y los ataques de los corredores aparezcan en la montaña.

Mientras eso sucede, ronda la mente una frase soltada en la transmisión por televisión para Latinoamérica de una reciente etapa de la ronda gala. «El Tour de France es la mejor carrera del mundo… hasta que empieza».

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