COVID-19, momento para cambiar los hábitos de movilidad

Por: Fundación GERO

Crear soluciones de transporte sostenible es uno de los grandes desafíos que enfrentan las ciudades hoy. A raíz de esta pandemia, hemos visto cómo, desde diferentes países, se ha promovido la movilidad sostenible, específicamente el uso de la bicicleta, porque permite el distanciamiento social, evita las aglomeraciones del sistema de transporte másivo, como el transmilenio en Bogotá, por ejemplo. 

Según la Secretaría de Movilidad, antes de la pandemia había en Bogotá 550 kilómetros de ciclorutas y empezando la pandemia se crearon 80 kilómetros de nuevas ciclorutas temporales donde antes no había infraestructura para bicicletas como en la carrera 9, carrera 7, Avenida Caracas, carrera 68, calle 13, entre otras, y se ha anunciado que éstas vías ya no serán temporales sino permanentes.
De igual manera, es una tendencia mundial la apertura de nuevos ‘carriles bici’ que antes eran de los vehículos en ciudades como Quito, Lima, Berlín, Bruselas, en la famosa Rue de Rivoli en Paris y, por supuesto, en Dinamarca y Holanda, que siembre han llevado la vanguardia en uso e infraestructura de la bicicleta.

Todas las organizaciones públicas y privadas que trabajan en la promoción y uso de la bicicleta tienen oportunidades, pero también los siguientes desafíos:

  • Dar a conocer y difundir las leyes que aplican, como la Ley 1811 de 2016, por la cual se otorgan incentivos para promover el uso de la bicicleta en el territorio nacional y se modifica el Código Nacional de Tránsito.
  • La seguridad vial, por ejemplo el uso responsable de la bicicleta con elementos de protección como el casco, uso de elementos reflectivos y luces para ser visibles en las vías.
  • Respeto a las señales de tránsito.
  • Convivencia vial entre todos los actores.

Los hurtos de bicicletas, que  han aumentando durante la pandemia, se deben prevenir a través del trabajo articulado de las empresas, universidades y colegios, con el fin de contribuir en la creación de planes de movilidad sostenible, con campañas, infraestructura, biciparqueaderos, talleres de mecánica, caravanas de biciusuarios, enseñanza de técnica y balance, a través de biciescuelas. Adicionalmente, la estrategia debe ser el fomento a  la bicicleta con enfoque de género. Si se construye infraestructura y se hacen campañas que además incluyan a las mujeres y a los niños, se promoverá el uso de la ‘bici’ para todos.

Por último, un nuevo factor, que antes de la pandemia no se consideraba, es el protocolo de bioseguridad: lavar las manos antes y después de montar, usar gel especial para desinfectar las manos, limpiar debidamente el sillín, los frenos, el manubrio, las corazas, los rines, el casco y en general, todo el marco. Durante el recorrido se deben usar guantes y tapabocas. Estos elementos de protección personal son de uso exclusivo, no se deben prestar. Junto con lo mencionado, se debe sí o sí respetar el distanciamiento social con una separación mínima de 2 metros, de manera especial, en los semáforos.

¡Atendamos las recomendaciones en esta pandemia por el COVID-19 y pronto volveremos a ser libres en nuestra bici!

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