Una Selección muy pobre

Un problema de identidad

La Selección Colombia sigue sin convencer, y poco a poco se va relegando en la tabla de posiciones de la Eliminatoria suramericana. Si bien le profesor Reinaldo Rueda sigue invicto, producto de una victoria y tres empates, su equipo aún no tiene identidad de juego y sigue estando en deuda frente a una afición que espera un buen juego y mayor generación de fútbol, algo que hasta ahora se ve muy lejano.

El profe Rueda asumió el equipo en medio de una crisis de resultados y luego de dos derrotas que lo dejaron muy herido en la Clasificatoria. Aunque ha logrado no perder sus partidos, sí arrastra una gran deuda. El equipo todavía no juega bien y ya no podemos hablar de tiempo de trabajo, porque Reinaldo aprovechó la anterior fecha de Eliminatorias y luego la copa América para construir una idea de juego. El problema es que esa idea no aparece porque no se sabe cuál es el tipo de equipo que quiere Rueda.

Comparto la idea de tener un equipo que sea fuerte en defensa y tenga personalidad en el medio campo para recuperar el balón; pero no veo un conjunto que, procurando ser seguro y disciplinado tácticamente, genere fútbol ofensivo. Nuestros delanteros no reciben balones de gol y su trabajo esta más dedicado a marcar que a tratar de hacer goles. En los últimos partidos se sigue valorando la labor táctica que realiza Borré, pero un jugador de esa calidad no puede estar en un equipo para ayudar a defender; lo necesitamos ahí para que sea un finalizador de jugadas. El tema es que los llamados a surtir de oportunidades a los atacantes no generan jugadas de gol, y sus avances ofensivos se pierden en malas decisiones o centros deficientes.

Sigo pensando que el equipo requiere una identidad, y eso pasa por definir un estilo de juego. El profe se ha dedicado más a mantener los resultados en los partidos que a buscar alternativas para ganarlos. En Bolivia los cambios fueron equivocados, sin ambición, solo en busca de darle aire a los jugadores y no desgastarlos físicamente, pero la lógica era apostarle a aumentar la ventaja que se tenía en el marcador para asegurar una victoria frente a uno de los rivales más débiles de la Eliminatoria. Es cierto que jugar en La Paz es complejo, pero también que ese era el rival más débil que Colombia iba a afrontar en esta triple fecha.

Contra Paraguay el profe vuelve a cambiar y saca un equipo con retoques, pero que tampoco tiene una idea de juego clara. Los cambios los hace posición por posición, con lo que no genera ningún tipo de cambio táctico y hace que el equipo siga jugando de la misma manera. A este equipo no se le pueden criticar las ganas, la lucha y el entusiasmo con los que afronta los partidos, pero esa no es la esencia del fútbol colombino. Tenemos jugadores para generar mayor volumen de fútbol y grandes definidores que necesitan recibir balones para concretar jugadas de gol.

Colombia requiere un creador de juego, y ese tiene que ser Juan Fernando Quintero o James Rodríguez (cuando decida dedicarse a jugar al fútbol y dejar de generar tanta polémica; ahora se habla más de lo que hace fuera que dentro de una cancha). El profe debe cambiar su planteamiento y jugar con un media punta como Luis Fernando Díaz en Barranquilla; tiene que apostar por su calidad para ser el socio que tanto necesita Juan Guillermo Cuadrado.

No podemos seguir dependiendo del empuje que está metiendo Cuadrado porque sus ganas a veces terminan en malas decisiones, ya que está jugando muy solo. No tiene los acompañamientos con los que sí cuenta en la Juventus, y eso hace que se equivoque constantemente porque carece de alternativas para asociarse. En los últimos dos partidos no ha metido un solo centro bueno, cuando esa es una de sus fortalezas, y ni hablar de lo mal que está cobrando la pelota quieta. Cuando en el banco se tiene a un jugador como Quintero no se puede prescindir de él; lo que se requiere es ajustar el sistema para que los jugadores de adelante se dediquen a generar juego y meter goles, no a defender como lo vienen haciendo Miguel Borja y Borré.

El profe tiene dos días de trabajo para identificar las fallas que viene cometiendo en los planteamientos de los partidos. En Barranquilla tiene que salir a ganar porque el empate no sirve, y si quiere seguir luchando por un cupo al Mundial tendrá que ser más agresivo y menos resultadista. Pero lo más importante transmitirles a sus jugadores una identidad de juego, que seguro tenemos pero que no se ha podido plasmar.

Por: Mauricio León
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