Sentando una buena base para nuestro entrenamiento… y para la vida
Por: Sonia Marra*

Todos nosotros nos imaginamos llegar con la mayor plenitud posible a nuestra vejez. O al menos a eso aspiramos. Lograr una buena calidad de vida para ese momento en que nuestro cuerpo ya no es el mismo que a los veinte y que con el paso del tiempo se va deteriorando y perdiendo flexibilidad.
En mi opinión hay un secreto y es nunca dejar de movernos, de realizar actividad física, de caminar, bailar, entrenar. A mis alumnos les digo: ¡Todos los días un poco! Nuestro cuerpo no fue diseñado para lo inmóvil, sino no tendríamos la cantidad de músculos con los que contamos y que se encuentran potencialmente preparados para la acción. Podría decirse que el estado actual del cuerpo depende en gran parte de cómo nos vamos moviendo en la vida cotidiana, o como NO nos movemos.
Pero cada día vamos viendo más personas de todas las edades, incluso niños, con dolores en cuello y columna, migrañas a repetición, hormigueos en extremidades, síndromes vertiginosos y otros males que parecieran estar de moda y que se están extendiendo en forma viral.
Malos hábitos posturales

Las malas posturas del cuerpo se tienen desde que nos levantamos hasta que nos acostamos y con poca o ninguna conciencia de ello. Horas encorvados frente a las computadoras, iPad, tablets, celulares, en fin; mobiliarios en oficinas, escuelas y universidades con poco o ningún análisis ergonómico y ni hablar de la postura que utilizamos para conducir mientras vamos tratando de llegar a cumplir con todas nuestras tareas cotidianas. Y qué decir del síndrome del hombro adelantado, como si estuviéramos siempre cansados, abatidos.
Por otro lado tenemos también la realidad de muchas personas que entrenan solamente para su estética, desarrollando en forma poco armónica su cuerpo, provocando acortamientos, asimetrías, rigideces y compensaciones que a la larga provocan más perjuicios que los beneficios buscados. Nos olvidamos de buscar una belleza sana. Atletas de alto rendimiento, bailarines profesionales, futbolistas, que a veces por excesiva exigencia para cumplir un programa de entrenamiento, van sometiendo su cuerpo a un estrés que a la larga va acarreando y haciendo crónicos los traumatismos y posturas antiálgicas.
Necesitamos ver de qué manera cuidamos y alineamos nuestra postura porque algo tan sencillo como sentarse bien o caminar erguido se ha convertido en todo un reto.
Para lograr este objetivo no alcanza con fortalecer un grupo muscular en particular o estirar otro analíticamente. Corregir la alineación es un proceso de reeducación neuromuscular y propioceptiva, de concebir al cuerpo en forma global donde el todo es más que la suma de las partes, donde podamos entender que el funcionamiento correcto y correlacionado de las distintas partes entre sí, nos permitirá obtener los beneficios buscados.
Una buena alineación supone automáticamente un menor estrés sobre la columna, y actividad muscular menos costosa. Las curvas naturales de la columna realizan una importante labor de amortiguación, de modo que siempre será nuestra intención conseguir una alineación ideal y desarrollar la musculatura apropiada para darle soporte. En cada movimiento no debe perderse la forma armónica del cuerpo. El estiramiento axial de la columna, respetando sus curvaturas fisiológicas, es de vital importancia. En cada ejercicio cuenta. No se debe permitir que el cuerpo incurra en una mala postura con la excusa de fortalecer un determinado músculo a expensas del acortamiento de otro.
Otro pilar que nos permite acceder a una correcta postura corporal es la flexibilidad, permitiéndonos alcanzar al mismo tiempo todas las amplitudes articulares normales sin compensaciones. La carencia de flexibilidad imposibilita a su vez una correcta técnica de ejecución y el reclutamiento de la musculatura apropiada. Es como intentar moverse usando un sobretodo tres talles menos. ¡Imposible!
Fortalecer y estabilizar el 'core'

El ‘core’ es el centro de nuestro cuerpo, el cual activa y pone en funcionamiento la musculatura profunda de esta zona. No se deben entrenar los músculos abdominales de cualquier manera. Se debe hacer consciente el trabajo del músculo transverso del abdomen, responsable de proporcionar estabilidad y soporte a la columna. Ubicando la pelvis en posición neutra se facilita la activación de este músculo y a su vez permite seguir respetando la curvatura fisiológica de la columna, lo cual conlleva a una correcta ejecución del trabajo abdominal sin causar dolor en cuello o zona lumbar.
Entonces es fundamental realizar una correcta rutina de entrenamiento postural como base para el resto de las actividades físicas o solamente como acondicionamiento corporal para la vida, trabajando por cuerpos fuertes, armónicos, flexibles y erguidos, buscando siempre lo mejor de nosotros mismos, de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.
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