Un campeón inesperado

Chelsea venció al Manchester City porque Thomas Tuchel superó a Josep Guardiola

Se terminó la Champions League y tuvimos un campeón inesperado, no porque no pudiera lograrlo; de hecho, ha sido un merecido ganador del torneo más importante del fútbol europeo. El tema es que todos esperábamos que el Manchester City se impusiera luego de ser el mejor equipo durante todo el torneo y de haber ganado con holgura la Premier League. Pero los partidos toca jugarlos y ganarlos, y eso fue lo que no hizo el conjunto de Josep Guardiola.

Creo que el partido se lo ganó Thomas Tuchel a ‘Pep’ porque ya lo conoce muy bien. Supo cómo anticiparse a los movimientos de Guardiola y, con un equipo muy disciplinado y que se jugó cada balón como si fuera el último, logró dominar de principio a fin los movimientos de un City que se vio sorprendido y no pudo dar respuesta a este planteamiento. Casi todas las llegadas de los ‘ciudadanos’ fueron controladas por la defensa del Chelsea. Solo hubo un remate directo del conjunto de Manchester, realizado por Phil Foden y rechazado por Ben Chilwell; de resto todos los centros fueron cortados o rechazados por los londinenses.

En el primer tiempo el partido fue muy parejo, y solo se pudo abrir el marcador en la primera jugada de peligro generada por el Chelsea, en el minuto 42, con un gol que le habían hecho al equipo de Guardiola durante toda la temporada. Fue un pase largo generado por la falta de presión de sus delanteros y mediocampistas, combinado con un cierre tardío de Oleksandr Zinchenko, lo que dejó a Kai Havertz frente a frente con el portero. Ederson achicó mal, como lo había hecho durante todo el año, apresuradamente, sin convicción y escondiendo los brazos para que no le cobren una mano fuera del área. Sería mejor que no saliera tan lejos de su arco y que jugara al achique dentro del área, pero eso es muy difícil cambiarlo porque ya adquirió ese patrón de juego y esa interpretación de la posición que le pide ‘Pep’, actuando como si fuera el último defensa.

En el segundo tiempo los planes cambiaron radicalmente porque el City perdió en una jugada accidentada a su mejor jugador, al que más habilidad tenía para cambiar el rumbo de ese partido: Kevin De Bruyne. Guardiola, que tuvo que hacer varios cambios, todos infructuosos, para tratar de cubrir al belga, terminó viendo a sus dirigidos jugar con más ganas de empatar que con el fútbol que caracteriza a sus equipos, de dominar a sus rivales y generar reiteradas opciones de gol a partir del juego asociado.

El mérito está en Tuchel, que ya conoce muy bien a Guardiola porque lo había enfrentado en Alemania; el catalán dirigía al Bayern Múnich y él, primero al Mainz 05 y luego al Borussia Dortmund. Ahora en Inglaterra le ha ganado dos disputas a partido único en los últimos dos meses, una semifinal de la FA Cup y esta final de la Champions.

El Chelsea ha sido un digno ganador del torneo de clubes más importante del mundo. Dejó una gran imagen, especialmente en la semifinal, donde controló de principio a fin al Real Madrid y no le dio oportunidades en toda la eliminatoria. Tuchel tomó este equipo en un momento complicado y le dio la vuelta recuperando jugadores y dándole la confianza a otros para montar un gran bloque en defensa y ataque, un colectivo disciplinado que juega al ritmo de un pequeño gigante llamado N’Golo Kanté.

Muchos critican a Guardiola porque no ganó esta final y porque asumen que todo lo que juega lo debe ganar; pero se les olvida que no es una máquina y que alguna vez sus rivales lo pueden estudiar mejor que él a ellos. Espero que tengamos al ‘Pep’ por mucho tiempo y que le llegue la revancha para que pueda demostrar que es un gran técnico y que sus equipos han cambiado la forma en que vemos el fútbol.

Por: Mauricio León

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