El gol en su máxima expresión

Manchester City y Real Madrid jugaron un partido espectacular por Champions

El Manchester City nos brindó otro gran espectáculo de futbol, lleno de magia y de alegría.  Fútbol de ataque en su máxima expresión.

El equipo de Guardiola no se guardó nada y aprovecho al máximo las deficiencias del Madrid y lo hizo ver muy mal en gran parte del partido.

El problema del City es que se olvido que jugaba con un equipo que no baja los brazos y está comandado por Benzema, un delantero lleno de talento, que pasa por el mejor momento de su carrera y con un nivel de confianza extraordinario que hace que todo lo que toca lo convierta en gol.

Hoy muchos medios critican a Pep porque su equipo no tuvo la capacidad para mantener la diferencia en el marcador y dejo salir al Madrid con vida de un partido en el que tuvo que caer goleado, pero en el que nuevamente la mala definición de sus jugadores le pasó factura y eso que metió 4 goles, pero debían ser mínimo 6.

Los ciudadanos tuvieron en un par de ocasiones diferencia de dos goles, pero no tuvieron la capacidad de mantenerla.

Su rival nunca se rindió y a pesar de sus dificultades en defensa se supo sobreponer y aprovechar las pocas situaciones que tuvo, las cuales se generaron por genialidad de sus jugadores y por desconcentración de los ingleses.

Fernandinho, jugando como lateral improvisado, cumplió muy bien en salida. De hecho, su entrada al terreno de juego por Stones le dio mucho más manejo y generó un mayor desborde por esa banda.

Incluso, uno de los goles se genera por una recuperación y salida rápida por ese costado, pero en marca está claro que su posición no es la de lateral, pues se comió totalmente la jugada de Vinicius y no pudo luego recuperarse, dejándolo solo de cara al gol.

Un error que le dio vida al equipo ‘Merengue’ y no se debe a falta de equilibrio como tanto se le cuestiona a Pep.

Con el 4-2 volvió a pasar lo mismo una desconcentración de Laporte rechazando un balón que termina cayendo en su brazo y generó un penal que se pudo evitar si no salta de esa manera.

Una jugada infantil que condena al defensor y que acaba con el excelente trabajo que hacían en ataque sus compañeros.

El resultado no muestra lo que realmente pasó en el partido, especialmente en el primer tiempo en el que el City fue una verdadera tromba.

Lo que sí nos muestra es que al Madrid no se le puede dar por muerto y que si le dan la oportunidad de revivir lo va a hacer porque tienen el carácter para reaccionar y mantenerse. 

Ya no es casualidad que frente a rivales muy superiores haya hecho lo mismo y siga con muchas chances de llegar a la final de la Champions. 

Creo que táctica y futbolísticamente Pep le gano el encuentro a Ancelotti, pero al final del partido queda la sensación que el ganador fue el técnico italiano, no tanto por la forma como jugó su equipo, el cual se vio muy mal por momentos, pero si porque logró salir vivo en una noche en la que pudo encontrar la muerte y en la que le dieron dos veces respiración asistida para volver a la vida. 

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El partido de vuelta trae un condimento especial y es saber si Pep va a salir a jugar de la misma manera o si tendrá más precauciones, ya que el Madrid tendrá que jugar de otra manera en busca de un gol que lo meta nuevamente en la serie y lo ponga en carrera hacia una nueva final.

Estoy seguro que vamos a tener otro espectacular encuentro entre estos dos grandes equipos y espero que pueda pasar a la final el que nos ofrezca el mejor fútbol, que le apueste a su identidad de juego y sobre todo nos siga enamorando de este maravilloso deporte.

Con estos dos clubes el espectáculo está garantizado y seguro vamos a disfrutar de otros noventa minutos a puro gol.

Se viene el segundo tiempo de este partido a 180 minutos, en donde por ahora el City tiene una pequeña ventaja, pero que tendrá que defender o aumentar si quiere ser nuevamente finalista de la Champions o por el contrario, irán los ‘Merengues’.

Hagan sus apuestas. Yo me sigo inclinando por el buen fútbol y espero ver a Pep en una final que merece hace mucho tiempo.

Mauricio León L.

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